Puede ser que con nuestras actividades, nuestros viajes, nuestras vacaciones quizás, o simplemente nuestra vida cotidiana, la de siempre, olvidemos decir ciertos “gracias” a nuestro alrededor… ¡y a nuestro Dios! La vida nos viene de Él: gracias. El universo entero nos viene de Él: gracias. Por las sonrisas de un niño y de los abuelos: gracias… Pedro Vigne nos invita a la alabanza con los gracias cantados “desde lo más profundo de nuestro corazón”.