Hermosos meses de mayo y junio. Mayo, el mes en que contemplamos a María con alegría, y ella nos acompaña a vivir las grandes fiestas: Ascensión, Pentecostés, Santísima Trinidad y Visitación.
En junio, las fiestas del Santísimo Sacramento y el Sagrado Corazón nos llaman a avivar nuestra fe en Jesús resucitado, que siempre está presente entre nosotros y camina con nosotros por nuestras rutas bastante arduas y dolorosas en estos tiempos de pandemia y violencia. Pedro Vigne nos recuerda que Él nos ofrece Su Paz, como a los discípulos, y que tenemos que ser testigos de ella.