Marzo, Abril. Meses de intensa misión para Pedro Vigne, un misionero muy solicitado, esperado en las parroquias que querían resurgir y fortalecer la fe de los cristianos… ¿No es eso lo que todavía necesitamos hoy? ¿Por qué no colarse en la iglesia de un pueblo donde, ahora mismo, pero en 1724, resonaba la voz humilde y firme del Padre Pedro? ¿Podríamos, cerca de él, continuar nuestro camino cuaresmal e ir hasta la gozosa fiesta de la Pascua del Señor? ¡Por qué no!